RETAZOS DE LO VIVIDO






Robert Burton nos habla de la melancolía: «pudiendo ser en disposición o en hábito. En disposición, es esa melancolía transitoria que va y viene en cada ocasión de tristeza, necesidad, enfermedad, problema, temor, aflicción, enfado, perturbación mental, descontento o pensamiento que cause angustia, torpeza, pesadez, vejación del espíritu y cualquier ánimo opuesto al placer, la alegría, el deleite, que nos causa indolencia o disgusto. En dicho sentido equívoco o impropio, llamamos melancólico al que está, triste, huraño, torpe, indispuesto, solitario, y descontento... La melancolía, es una característica inherente al hecho de ser criaturas mortales. Puede ser también un habito, una enfermedad crónica o continua» (Vid. Robert Burton, Anatomía de la melancolía, Madrid, Alianza editorial, 2006, pág. 67. Título original: The Anatomy of Melancholy, 1621, s/d – traducción a cargo de la Asociación Española de Neuropsiquiatría.)

 

Este trabajo representa el estado emocional a través de retratos, es decir, éstos vienen a mostrar una mirada reflejada en un espejo congelado donde a través de él, cada uno evoca las distintas personalidades y frustraciones. Con ello, se pretende acercar a un diálogo de reflexión. Son retratos que exponen momentos reflexivos. También, se procura enseñar en cada ejemplar, cada una de las vidas congeladas, como si a través de un reflejo de hielo se estuvieran viendo, y a la vez nos cuentan su experiencia emocional, por medio de imágenes creadas por un subconsciente imaginario, estatuas heladas que plasman una percepción o visión personal de su realidad, la propia realidad de quien se registra congelado a fin de morir o derretir el hielo, su vida.

 

Todas las imágenes muestran la desazón por la preocupación, por desaparecer y perderse en escenas cargadas de soledad, que a la vez brillan rodeadas de un aura helado, que los perpetua en la espera, en la conciencia. En los retratos la persona aparece convertida en su reflejo, cubriéndose con el hielo opresivo y manifestando su estado, ya sea con una mirada, una sombra o su rostro camuflado. Se retrata el intimismo, se medita por el paso del tiempo, la vida.

 

Para la realización de estos retratos Se ha utilizado la hibridación de varias técnicas, el dibujo digital y la fotografía. Se ha tratado el hielo como base de trabajo, como ventana oprimida que fusiona el cuerpo, y que a la vez refleja el estado del individuo. Mediante capas, se han ajustado los diferentes elementos: hielo, papeles y telas manchados, retratos, y dibujo digital.

 

Se han realizado trazos sueltos, con lápiz digital, con el que se ha ido envolviendo zonas de cada persona evocando al trazo como si fuera la materialización de las ideas retratadas por los personajes. De una forma sutil, y en otros más proyectada, se ha aumentado la presión e intensidad del trazo digital. También se ha envuelto con machas las zonas del lienzo helado, intentando crear intimismo y reflexión.

 

En sí, son retratos hechos por ellos mismos que se ven a través del recuerdo. Y es que lo que nos evocan estas imágenes no escapa de la realidad común, nos conducen a nuestra moralidad, insatisfacción, decepción, resignación vital que nos congela de una forma depresiva y opresiva.


Daniel López.